El edema macular diabético (EMD) es la principal causa de ceguera en la población diabética. El ensayo de control y complicaciones de la diabetes informó que el 27% de los pacientes afectados por diabetes tipo 1 desarrollan EMD dentro de los 9 años posteriores al inicio. Otros estudios han demostrado que en pacientes con diabetes tipo 2, la prevalencia aumentó del 3% al 28% dependiendo del tiempo de evolución de la diabetes entre los 5 y 20 años después del debut de la enfermedad
En la actualidad, a pesar del entusiasmo por evaluar varios tratamientos nuevos para EMD, incluidas las terapias intravítreas para EMD (p. ej., Corticosteroides y medicamentos anti-VEGF), la FOTOCOAGULACIÓN con láser sigue siendo el GOLD standard y el único tratamiento con eficacia comprobada en un amplia gama de ensayos clínicos para esta afección.
El EMD se define como una acumulación de líquido entre la capa plexiforme externa y las capas nucleares internas, así como una inflamación de las células de Müller de la retina, que causa la expansión del espacio extracelular retiniano y en algunos casos involucra al intracelular en el área macular. La prevalencia de EMD es mayor en pacientes con diabetes tipo 2 (DM2) que en pacientes con diabetes tipo 1 (DM1).
El edema en el área macular ocurre secundario a una permeabilidad anormal de los capilares que rodean la mácula (fallo de la barrera hematorretiniana interna), y a su vez a una falla en la barrera hematorretiniana externa (epitelio pigmentario retiniano).
Evidencia científica:
–Laser Treatment for Diabetic Macular Edema in the 21st Century
En Clínica Oftalmología Orduna, disponemos del PRIMER LASER amarillo en pulsos de microsegundo Navegado instalado en España Láser Navilas® 577s. Esta tecnología permite tratar casos de retinopatía diabética preproliferativa, retinopatía diabética proliferativa, y edema macular diabético. La plataforma Navilas® posee un sistema de eye-tracking que monitoriza los movimientos oculares aumentando la seguridad de la cirugía láser y una pantalla digital en la que se programan los tratamientos, guiados por pruebas de imagen externas como OCT, angiografía fluorescénica, autofluorescencia, Angio- OCT, o microperimetría para que sean exactos y reproducibles.
Es de gran utilidad en estadíos iniciales del Edema Macular Diabético en los cuales todavía no están indicadas las inyecciones intravítreas.
En casos más avanzados es de gran utilidad para disminuir la dependencia de la visión del paciente de las inyecciones intravítreas.
Retinopatía diabética en fase preproliferativa-proliferativa estaría indicado el tratamiento mediante FOTOMODULACIÓN subumbral con láser amarillo micropulsado para el control de la enfermedad y conservar el campo visual SIN CICATRICES. Ver casos tratados por el Dr Orduna versus FOTOCOAGULACIÓN tradicional (con cicatrices).
El gran interés de la FOTOMODULACIÓN en pacientes que padecen edema macular diabético, radica en que precisan un tratamiento sostenido durante muchos años con inyecciones intravítreas para mantener su visión, y el láser pudiera ayudar a controlar la enfermedad minimizando la tasa de dependencia de las inyecciones intravítreas, que no están exentas de complicaciones y conllevan un gasto económico y logístico elevado para el paciente y sus familiares. El tratamiento arroja mejores resultados en los pacientes con un control de la glucemia adecuado y un grosor central macular menor a 400 µm.
Nos encontramos ante la nueva era de la FOTOMODULACIÓN, gracias a la ayuda del Láser Amarillo 577 nm Navegado. Este tratamiento no es destructivo, no FOTOCOAGULA, por lo que no produce necrosis, ni coagulación de las proteínas (CICATRICES).
Esta diferencia entre la FOTOMODULACIÓN y FOTOCOAGULACIÓN permite tratar de manera precoz casos en pacientes que muestran una función visual anormal debido al edema macular diabético o daño potencial sobre su retina en los casos de retinopatía diabética preproliferativa y proliferativa.
En Clínica Orduna, evaluamos detalladamente tu caso con tecnología avanzada, diseñando un plan de tratamiento personalizado que se adapte a tus necesidades específicas de salud visual
El tratamiento del edema macular depende de la causa subyacente y puede incluir varias estrategias:
Inyecciones intraoculares: Medicamentos como los inhibidores del VEGF (Factor de Crecimiento Endotelial Vascular) y los corticosteroides se inyectan directamente en el ojo para reducir la inflamación y la filtración de fluido de los vasos sanguíneos.
Terapia con láser: La fotocoagulación con láser se utiliza para sellar los vasos sanguíneos que filtran y causan el edema, ayudando a reducir la acumulación de fluido.
Colirios: En algunos casos, se pueden prescribir colirios que contienen corticosteroides o antiinflamatorios para disminuir la hinchazón y controlar el líquido en la retina.
Control de la enfermedad subyacente: Es fundamental controlar cualquier enfermedad subyacente, como la diabetes o la hipertensión, que puede estar contribuyendo al edema macular.
Vitrectomía: En situaciones donde el edema es severo o no responde a otros tratamientos, puede ser necesaria una vitrectomía, un procedimiento quirúrgico para remover el gel vítreo y reemplazarlo con una solución salina, permitiendo un mejor manejo del edema.
El objetivo de estos tratamientos es reducir la hinchazón, mejorar o estabilizar la visión y prevenir el daño a largo plazo en la retina. La selección del tratamiento adecuado dependerá del caso específico del paciente, y debe ser manejado por un especialista en oftalmología.
El edema macular, que es la acumulación de líquido en la mácula (la parte de la retina responsable de la visión central clara), puede ser provocado por diversas causas:
Diabetes: La causa más común es la retinopatía diabética, donde el daño a los pequeños vasos sanguíneos de la retina debido a altos niveles de azúcar en la sangre lleva a fugas de fluido.
Obstrucción de venas retinianas: La obstrucción en las venas de la retina puede causar aumento de la presión venosa, lo que provoca que los fluidos se filtren en la mácula.
Degeneración macular asociada a la edad (DMAE): En su forma húmeda, la DMAE lleva a la formación de vasos sanguíneos nuevos y frágiles bajo la retina, que pueden filtrar líquidos y sangre.
Inflamación ocular: Condiciones inflamatorias como la uveítis pueden causar acumulación de líquido en la mácula.
Cirugía ocular: Procedimientos quirúrgicos, especialmente las cirugías de catarata, pueden provocar edema macular como complicación posoperatoria.
Trauma en el ojo: Lesiones en el ojo pueden causar inflamación y acumulación de fluidos en la mácula.
Enfermedades sistémicas: Enfermedades como enfermedades cardiovasculares y renales también pueden contribuir al edema macular debido a alteraciones en la circulación y la barrera hemato-retiniana.
El tratamiento y manejo del edema macular dependen de identificar y tratar la causa subyacente, además de abordar directamente la acumulación de fluido en la mácula.
El tiempo necesario para que un edema macular mejore o se resuelva puede variar significativamente según la causa subyacente y la respuesta al tratamiento.
Algunos factores que influyen en el tiempo de curación incluyen:
Causa del edema: Por ejemplo, el edema macular causado por una cirugía ocular como la extracción de cataratas puede resolverse en algunas semanas o meses con tratamiento adecuado. En cambio, el edema macular diabético puede requerir un manejo continuo y prolongado.
Gravedad del edema: Cuanto más severo sea el edema, más tiempo puede llevar resolverlo.
Tratamiento aplicado: Los tratamientos como las inyecciones intraoculares de anti-VEGF o corticosteroides pueden proporcionar mejoras relativamente rápidas, a menudo notándose cambios en la visión y la anatomía retinal en las primeras semanas después del tratamiento. Sin embargo, muchos pacientes necesitan tratamientos repetidos a lo largo de varios meses o incluso años.
Adherencia al tratamiento y control de la condición subyacente: La efectividad del tratamiento también depende de la adherencia del paciente al régimen terapéutico prescrito y del control efectivo de condiciones subyacentes, como la diabetes o la hipertensión.
En general, algunos pacientes pueden experimentar mejoras en cuestión de semanas, mientras que otros pueden necesitar un manejo a largo plazo para mantener la visión y controlar el edema. Es crucial seguir las indicaciones del especialista en oftalmología y asistir a todas las citas de seguimiento para monitorizar y ajustar el tratamiento según sea necesario.
Si se daña la mácula del ojo, pueden surgir varios problemas visuales, dado que la mácula es responsable de la visión central aguda necesaria para actividades detalladas como leer, conducir y reconocer rostros. Aquí te explico algunas consecuencias comunes del daño macular:
Pérdida de la visión central: El daño a la mácula a menudo resulta en una pérdida significativa de la visión central, mientras que la visión periférica puede permanecer intacta.
Distorsión visual: Las imágenes pueden aparecer onduladas o distorsionadas, un fenómeno conocido como metamorfopsia.
Dificultad para percibir detalles: El daño macular puede hacer que sea difícil ver detalles finos, lo cual es crucial para leer y realizar otras tareas de cerca.
Cambios en la percepción del color: La mácula también es importante para la percepción del color, por lo que su daño puede afectar cómo se ven los colores.
Áreas oscuras o puntos ciegos: Se pueden desarrollar áreas oscuras o puntos ciegos en el centro del campo visual.
Las causas del daño macular incluyen la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), el edema macular, el desprendimiento de retina, traumas oculares y algunas enfermedades hereditarias como la distrofia macular de Stargardt.
El tratamiento y el pronóstico varían dependiendo de la causa subyacente y la gravedad del daño. En muchos casos, aunque no se puede revertir el daño, los tratamientos disponibles pueden ayudar a ralentizar la progresión de la pérdida de visión y, en algunos casos, mejorar la visión. Es crucial la detección temprana y el manejo adecuado para maximizar la conservación de la visión.
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Clínica Oftalmología Orduna desde 1980 pioneros en láser y cirugía ocular.
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